Silencio, inmensidad, desorientación y unas condiciones climatológicas sobrehumanas. Desde esta cómoda habitación en un lugar cualquiera de la soleada España no parece complicado imaginar el paisaje y también las percepciones sensoriales de un hombre que atraviesa por vez primera el Polo Sur a pie. Sin embargo el reto de Alexis Nolla (Barcelona 1987) era mayor: ¿cómo trasladar esas sensaciones a las páginas de un cómic? Lo ha conseguido a lo largo de estas 48 páginas en las que relata la epopeya de una expedición que, liderada por el británico Robert Falcos Scott, marchó en 1912 en pos del último rincón de la Tierra pendiente de ser conquistado y que al llegar se encontró con que la expedición del noruego Roald Amundsen se les había adelantado. Scott y sus hombres perecieron en el viaje de regreso por las condiciones durísimas que encontraron a su paso, convirtiendo su admirable derrota en un acto de romanticismo llevado al extremo.
A partir de un dibujo amable y colorista Nolla es capaz de recrear aquellos días y reflejar sin casi hacer uso de la palabra -las más de las veces el diario de los expedicionarios es el vehículo para expresar sentimientos e inseguridades- la nobleza y lealtad de cinco hombres con un sentido del honor ejemplar y movidos por un reto titánico que uno por uno acabará terminando con sus vidas.
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