Buenas vibraciones

Scott McCaughey -responsable principal de The Minus 5 y The Young Fresh Fellows, implicado en proyectos como The Baseball Project o Tired Pony, y fiel colaborador (en estudio y sobre el escenario) de R.E.M. desde mediados de los 90- se encuentra inmerso en la que es su primera gira peninsular en solitario. Los discos con la impronta del norteamericano no tienden a alcanzar una excelencia mayúscula, algo que casi con toda seguridad tampoco pretende, pero a cambio significan un valiosísimo seguro de fiabilidad y satisfacción.

Lo mismo ocurrió con el concierto ofrecido en el teatro leonés de El Albeitar ante unos ochenta espectadores, donde el vocalista tiró de cancionero, simpatía y naturalidad para completar una agradable velada. En estas fechas McCaughey se acompaña únicamente de guitarra acústica y algunos pedales, con los que puntualmente desliza efectos minimalistas que funcionan como complemento. A la ecuación hay que sumar una voz agradable, idónea para el talante de su propia música, y la capacidad del artista para captar la esencia original de las canciones y trasladarla al formato con la suficiente solvencia como para que mantengan pegada.

Aunque la excusa principal del tour era el reciente lanzamiento de “Dungeon Golds” (Yep Roc, 15) de The Minus 5, lo cierto es que el músico picoteó de entre (casi) todas sus aventuras, despreocupado y homogeneizando propósitos al amparo de una formas más que correctas. Y es que a pesar de que el mismo artista se mostrase divertidamente preocupado por si todas las seleccionadas remitían al folk independientemente de su precedencia, lo cierto es que también fue capaz de sugerir ese power-pop melódico santo y seña de la casa.

Poco más de sesenta minutos de pulso activo, en lo que suele ser una apropiada medida para este tipo de eventos y durante los cuales el protagonista motivó vibraciones positivas de difícil decepción. Es el encanto de una elegantísima discreción, latente en una sencillez honesta y bien entendida por el bueno de Scott.